Está habitual técnica de Jiu Jitsu, que nos llega desde el Aikido es conocida como «segundo principio», de ahí su nombre Nikyo.
Perteneciente a los Katame Waza, esta técnica de control, luxación e inmovilización se ejecuta con una torsión de muñeca de nuestro adversario.
Podemos aplicarla con agarres de solapa o cuelo, golpes de arriba abajo que van hacia nuestra cabeza o parte superior del cuerpo o golpes directos a la cara.
Esta técnica produce bastante dolor y debemos de ser precavidos cuando la hagamos en entrenamientos.
La clave de la técnica no está en la fuerza, sino en la calidad de la técnica. La presión sobre la muñeca, el agarre y la forma de realizar la torsión, etc…
Si la realizamos a alguien que no esté acostumbrado a recibir ataques con técnicas de este tipo es muy posible que el dolor le haga rotar de pie para evitar la torsión, por lo que nos dejará partes de su cuerpo sin protección para poder encadenar otros movimientos, como atemis.